miércoles, 8 de junio de 2011

Felipe IV

Diego Velázquez 053.jpgEl retrato de Felipe IV a caballo fue pintado por Velázquez en 1634 y se conserva en el Museo del Prado de Madrid desde la creación de la pinacoteca en 1819.

Las Hilanderas

Las hilanderas con añadidos de mano ajena, by Diego Velázquez.jpgLa fábula de Aracne, popularmente conocido como Las hilanderas, es un lienzo de Velázquez, conservado en el Museo del Prado. Esta obra es de los máximos exponentes de la pintura barroca española y está considerada como unos de los grandes ejemplos de la maestría de Velázquez. Temáticamente es una de sus obras más enigmáticas, pues aún no se conoce el verdadero propósito de esta obra. Velázquez pintó el cuadro hacia 1657, en su etapa de mayor esplendor, para un cliente particular: Pedro de Arce. Como pintor del rey, Velázquez no solía atender encargos privados, pero en este caso hizo una excepción pues Arce era "montero" de Felipe IV, o sea, organizaba sus monterías (jornadas de caza) y, por tanto, tenía ciertas influencias en la corte de Madrid.

La Venus del espejo

La Venus del espejo es un cuadro de Velázquez, el pintor más destacado del siglo de oro español. Actualmente se encuentra en la National Gallery of Londres, donde se la exhibe como The Toilet of Venus o The Rokeby Venus. El sobrenombre Rokeby proviene de que durante todo el siglo XIX estaba en el Rokeby Hall de Yorkshire. Anteriormente perteneció a la Casa de Alba y a Godoy, época en la que seguramente se conservaba en el palacio de buenavista (Madrid).VelazquezVenues.jpgLa obra representa a la diosa Venus en una pose erótica, tumbada sobre una cama y mirando a un espejo que sostiene el dios del amor sensual, su hijo Cupido. Se trata de un tema mitológico al que Velázquez, como es usual en él, da trato mundano. No trata a la figura como a una diosa sino, simplemente, como a una mujer. Esta vez, sin embargo, prescinde del toque irónico que emplea con Baco, Marte o Vulcano.

Las Meninas

Las Meninas, by Diego Velázquez, from Prado in Google Earth.jpgLas Meninas es el nombre más popular, usado a partir del siglo XIX, del cuadro que llevó por título desde 1734 La familia de Felipe IV y se considera la obra maestra del pintor del siglo de oro español Velázquez. Realizado en 1656, corresponde al último periodo estilístico del artista, el de plena madurez. Es una pintura realizada al óleo sobre un lienzo de grandes dimensiones, donde las figuras representadas están a tamaño natural. Es una de las obras pictóricas más analizadas y comentadas en el mundo del arte.

Conde-duque de Olivares

Retrato ecuestre del conde-duque de Olivares, by Diego Velázquez.jpgEl retrato ecuestre del Conde-Duque de Olivares es una pintura del español Velazquez, realizada hacia el año 1638. Se encuentra en el Museo del Padro de Madrid desde su inauguración en 1819.
El objeto de la obra fue retratar con poderío al válido del rey Felipe IV, un influyente noble y político español, conde de Olivares y duque de Sanlúcar la Mayor, conocido como el Conde-Duque de Olivares. Dentro del estilo de Velázquez, este cuadro se considera una excepción, ya que su diseño y colorido resultan más movidos y pomposos de lo habitual en los retratos del artista, más sobrios.

La Fragua de vulcano

Diego Velasquez, The Forge of Vulcan.jpg
La fragua de Vulcano es una obra de Velazquez pintada en Roma en 1630, según informa Antonio Palomino, durante su primer viaje a Italia y junto a la Túnica de José, opinión compartida por la crítica. Ambos cuadros fueron pintados sin mediación de encargo, por iniciativa del propio pintor quien los conservó en su poder hasta 1634, vendiéndolos a la corona en esta fecha, junto con otras obras de mano ajena, para la decoración del nuevo Palacio del Buen Retiro. Actualmente se encuentra en el Museo del Prado donde ingresó el 5 de agosto de 1819.

Los Borrachos

P01170a01nf2006Vela.jpgEl triunfo de Baco es una pintura del español Velázquez, conservada en el Museo del Padro desde 1819. Es conocida popularmente como Los Borrachos. El cuadro lo pintó algunos años después de su llegada a Madrid procedente de Sevilla, poco antes de su primer viaje a Italia. En la capital Velázquez pudo contemplar la colección de pintura italiana del rey y quedar impresionado por los cuadros de desnudo que tenía la colección así como por el tratamiento del tema mitológico.